Cherie, es una mujer madura, lidiando con su propio reloj biológico. Ella entiende que quedar embarazada es la única forma de revivir su matrimonio. Pero resulta que su esposo apenas puede cumplir con sus deberes maritales, y al parecer sus balas son de salva. Cherie, no parece encontrar una solución. De pronto, un día, descubrió en su ropa interior unas manchas misteriosas, que claramente parecía esperma. Al parecer su hijastro se había desarrollado, y estaba usando las bragas de mamá para masturbarse. Cherie empezó a pensar que todo ese esperma era un desperdicio, y que su perturbado hijastro podría contribuir con sus sueños de ser madre. Al final de cuentas, el chico tenía el mismo ADN de su padre. Mamá toma valor, y enfrenta a su hijastro con su propuesta indecente. El chico, cree que su madre se ha vuelto loca. Pero mamá está decidida a todo, así que lo toma de la verga, y lo convence rápidamente empleando su experiencia de mujer, y sus técnicas en el arte de chupar la verga. Pero, de repente, se ven interrumpidos por la llegada de su padre a casa. Al día siguiente papá no está en casa. Mamá está ovulando, y no dejará pasar esta oportunidad. Ella, sin más, va directo a la habitación de su hijo para lograr su cometido. El joven esperaba ansioso este momento, y está dispuesto a colaborar. La cuestión era que el hijo venía mucho mejor dotado que su padre, y el enorme tamaño de la verga del chico, hizo que mamá comenzara a gemir como una perra en celo, y se viniera una y otra vez sobre él (Algo que nunca estuvo en los planes de mamá). Cherie, no paraba de mojarse, pero también debía asegurarse que las bolas de su hijo se llenaran al punto de explotar. El chico debía contenerse, hasta que ella le permitiera descargar toda su leche, en lo más profundo de su concha. Era la única manera de conseguir una inseminación exitosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.