La obsesión de Mamá por su hijo ahora está a otro nivel. Mamá pensó que lo que hizo el otro día mientras su hijo se duchaba, sería solo un hecho aislado de un acto desesperado por manipularlo. Pero la realidad que al hacer eso, abrió una puerta prohibida que debió permanecer siempre cerrada. Es que Mamá, hace demasiado tiempo que no recibe la atención de un hombre, y lo que sucedió en la ducha, en realidad, no era algo que ella había planificado fríamente, ese sentimiento de inhibiciones sexuales por su hijo está fracturado, y ella ha liberado el sentimiento de posesión sobre su hijo como mujer, lo cual hace que ella se sienta como la única mujer con derecho sobre su hijo. Lo que hizo que, en definitiva, se comporte aún más posesiva y celosa, asechándolo, para evitar que él pueda conocer a una chica.
Pero hoy, Mamá vuelve a descubrir a su hijo, hablando por
teléfono en momentos que planificaba una cita con una chica. Esto hace que ella
se llene de furia y celos, así que irrumpe bruscamente en su cuarto, toma el
teléfono de su hijo, cancela su cita, y destruye cualquier oportunidad con la
chica. Ella le dará una buena lección a su hijo, para que aprenda
definitivamente que no tiene que buscar afuera de casa, lo que mamá le puede
dar. Así que Mamá vuelve intentar la misma técnica, que en la ducha. Toma con
sus manos la entrepierna de su hijo sobre el pantalón. Ella sabe que el no
podrá contenerse, y sentir sus manos le provocará una erección involuntaria.
Así que Mamá en otro acto desesperado de manipulación, sin pensarlo demasiado,
saca la verga de su hijo a fuera de su pantalón, y le comienza a hacer una rica
mamada para liberar esa tención. Pero estos mimos que ella hace en la verga de
su hijo, comienzan por despertar sus deseos más oscuros y necesidades sexuales
reprimidas, y hacen que mamá empiece a mojarse, y ya no pueda contener su
necesidad por sentirse mujer. Así que
Mamá, le propone a su hijo probar cogerla un poco. Pero una vez que mamá siente
como la llena la verga de su hijo, ella no puede parar de disfrutar, al punto
de correrse muchas veces en la verga de su hijo... Es tanto el placer que ella
recibe, que, agotada por los orgasmos, pedirá rogando por la leche de su hijo.
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