Hoy es el día de la madre. Y mamá quiere mimar a su hijastro, y por eso le prepara sus galletas preferidas. Pero lo que ella desconocía, es que el chico tiene algunas sucias y pervertidas fantasías con ella. Y por ello, en el día de la madre, él le hace un regalo un tanto extraño, una caja con perfumes y cremas, pero además también una sensual lencería. Él ahora espera que mamá pruebe para ver si acaso era de la talla correcta. Mamá entra a su dormitorio, para probar la lencería. Pero su hijo estaba tan ansioso por ver a su madre usando aquel sensual regalo, que, sin más, irrumpe en el dormitorio. Su madre reacciona intentando sacarlo, diciéndole sobre lo inapropiado que había sido entrando así, viéndola semidesnuda. Pero el chico, estratégicamente, evade la situación incómoda, mostrándose amoroso con su madre, justificando que había entrado al dormitorio, solo para darle otro presente. Una nota, en la cual se leía “vale por un masaje”. El joven insiste cumplir con la nota, por lo que mamá dulcemente accede a recibir un masaje de pies reconfortante. Pero las manos del chico poco a poco se van atreviendo a más, y cuando menos lo esperaba estaba frotando el culo de su madre. Tal vez mamá, debió actuar de otra manera. Pero también era real que hacía demasiados años que no sentía el afecto de su esposo, y las cálidas manos de su hijo lograron quebrar sus inhibiciones, y sus impulsos de mujer comenzaron a aflorar. Sin darse cuenta, estaba completamente mojada, y dispuesta a entregarse a sus deseos, para cumplir la fantasía de su hijo
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