Aquí tenemos la historia de un padrastro algo pervertido, con mucho tiempo a solas en casa, para dedicarse a conquistar a su pequeña y joven hijastra. Es natural que luego de un tiempo ese vínculo (padre- hija), se vaya desdibujando, y detrás solo quede un hombre y una mujer, con necesidades y deseos.
Aquí florece una relación prohibida entre un padrastro y su hijastra, que aprovechan cada mañana en que su madre sale al trabajo, para jugar al peligroso juego de amantes. Pero esto conlleva una responsabilidad. Papá disfruta tanto del placer que le brinda la pequeña y estrecha concha de su hijastra, que ambos han decidido no cuidarse, y cada vez que papá se viene, debe rápidamente salir para terminar afuera. Pero hoy no salió como siempre, papá no pudo contenerse y por accidente le llenó la concha de leche a su hija.
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