Ella es una hermosa mujer atrapada en un matrimonio monótono y rutinario. Su esposo ni siquiera le presta la debida atención, y pasa el día mirando futbol por la televisión. Pero desde que su hijastro Johnny se ha desarrollado y convertido en hombre, mamá inocentemente, ha cruzado algunas miradas coquetas con el joven muchacho, quien no ha podido evitar fijarse en las marcadas curvas de su mami. Razón por la cual, en las noches, el chico tiene algunas fantasías inapropiadas con ella. Mamá ha venido detectando que el chico actúa de forma extraña últimamente, y lo ha descubierto en más de una ocasión fijando sus ojos en su culo. Pero esta actitud, extrañamente, a mamá no le molestó. Si no que, al contrario, ella empezó a sentirse deseada como mujer, al menos por alguien. Aquí es que comenzó un travieso y peligroso juego del gato y ratón bajo el mismo techo del hogar. Pero el chico solo era un soñador, y jamás se animaría ni siquiera a insinuarse frente a su madrastra. Así qué mamá toma la iniciativa, y para ello pone en plan usar un extraño juego. “7 minutos en el cielo”. Se trata de un juego de chicos, que consiste en encerrarse en un armario, y por 7 minutos el joven participante, tiene permitido hacer cualquier cosa con la chica durante 7 minutos. Un lugar sin reglas ni prejuicios y donde no existe el “no”. Así que mamá, aprovechando que su marido estaba viendo el partido, invita a su hijo a jugar este juego. El chico desconociendo de que se trata participa. Mamá lo empuja a entrar en el closet, donde finalmente ella le explica que ahí sus sueños pueden ser realizados. Y que ella puede ser suya por esos 7 minutos. Tiempo suficiente para que mamá le dé una buena demostración de su experiencia y de lo intensos que pueden ser sus multiorgasmos. En cambio, Johnny, cumplirá su mayor fantasía, venirse por completo dentro de la concha de su madre
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