Alex no deja de soñar fantasías con su madrastra. Ella es todo lo que algún día desearía tener, pero está fuera de su alcance. Hoy es el día de los enamorados, y el joven había preparado una cena romántica para su cita, pero ella lo dejó plantado. Por otro lado, Mamá, se estaba preparando para recibir a su esposo en este día especial, ella pretendía reconquistar a su marido, pero como siempre, él priorizaba el trabajo, y la tenía desatendida como mujer. Por ello ella se había puesto muy sensual y elegante. Mamá entra a la sala, y ve la hermosa cena que su hijo tenía preparada, así que ella decide acompañarlo para que no se sienta triste por el plantón.
Durante la cena, Alex, no puede evitar sentirse incómodamente atraído por su madrastra usando aquel sensual vestido. Aunque él intenta simular su incomodidad, su madre lo encuentra actuando raro, y le pregunta cuál era el motivo y por qué la miraba así. Alex se sincera, y le muestra lo que estaba sucediendo en sus pantalones, confesando su atracción, y le ruega que al menos por caridad para le deje ver sus pechos. Mamá le dice que eso es inapropiado por su vínculo. Pero luego de muchas súplicas, ella accede a mostrarle las tetas. Algo con lo que Alex siempre ha soñado, y ahora no se detendrá hasta convencer a su madrastra de romper todas las inhibiciones
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