Mamá ha perdido totalmente la inhibición y el tabú. El hecho de haber tenido finalmente una buena verga, que le llenase bien su concha, al punto que no pudiera contener su orgasmo y venirse tan intensamente, le hizo replantear sus necesidades en la vida como mujer. Algo que hacía tanto tiempo no sentía. Mamá se sintió, finalmente plena, al recibir el cálido esperma de su hijo, dentro de ella. Esto llevo su autoestima a las nubes. Pero Mamá, ahora pretende aprovechar al máximo su fin de semanas sola con su pequeño. Ella sabe que Papá aun demorará en llegar a casa, así que solo dejará que su pequeño recupere fuerzas, para volver a la acción.
El chico, está algo agobiado y preocupado por lo que hicieron, y no está interesado en volverlo a hacer. Pero Mamá es muy incisiva, e intentará convencerlo jugando un juego, así que entra al living con una sensual lencería de encaje. Ella promete no tocar a su hijo siempre y cuando él no se excite. Pero es inevitable que el chico se excite, al ver a su madre con esa lencería tan sensual, meneándose sobre él y mostrándole su culo y sus tetas., Así que el chico pierde el juego y mamá como castigo le dará una rica mamada. Pero ella tiene una promesa pendiente, ella le dijo que si él se la coge ella se tomaría toda su leche, y como mamá es buena cumpliendo promesas, se tomará hasta la última gota
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